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Con una afición madridista abarrotada, los dirigidos por Xavi Hernández fueron los actores principales de la pelicula. El conjunto blaugrana se consagraría campeón de la Supercopa de España.

El «jardín» del Fc Barcelona sacó a relucir todo su desparpajo en una final frente al eterno rival.

La tanda de penales los trajo hasta acá, unos sin gasolina, otros con la energía en alta. Real Madrid había sufrido para pasar frente a un buen Valencia. Misma situación con el Fc Barcelona, que paso con muchos aprietos ante un Betis ordenado y talentoso en ataque. Pero fue la astucia y el destino quien decidió que esta final se diera por cuarta vez en los últimos doce años.

Si bien Xavi ha tenido todos los focos encima, siempre ha sabido cargar con la presión, la misma que le indujo a sus jugadores en el tiempo extra de la semifinal, cuando vio que el equipo se caía sacó esa casta que necesaria para alentar a los suyos. El Real Madrid es un equipo indescifrable, un día si, el otro no, pero te llega a una final y por ahí te sale campeón. Así llegó a esta superfinal en Riyadh.

El ‘picado’ (como decimos en Colombia en referencia al partido) comenzó con buenas sensaciones para los «Blaugranas», quienes no escatimaron en arrebatarle el balón al Madrid que esperó agazapado. En un contexto ideal con el esférico en posesión, Sergio Busquets es el mejor mediocentro del mundo, sin embargo, ha de tener los socios idóneos para sentirse protegido. Y es en ese momento en donde aparece el jardín infantil del Barcelona.

Gavi y Pedri fueron directores de orquesta bastante atrevidos. Tanto Kroos como Modric soñaran con esta final, pues su némesis futbolístico son doce y trece años menores que ellos. La facilidad para mover el esférico, arriesgarse a poner pases en profundidad, y sobre todo, la llegad a gol son fuertes que no se encuentran completos. El número 30 vacuno en el minuto 35 de la primera mitad tras un pase de Lewandoswki. El conjunto blaugrana superaba a un Real Madrid que no olía la redonda.

Con un Real Madrid sin presión alta se hizo fácil el manejo del esférico. Sin embargo, repasando los goles, son errores individuales en defensa del Madrid lo que catapulta el baño y masaje de esta final. Sin un Vinicius claro y en ascuas a la espera de lo que haga Benzema, los blancos se vieron quedados. Y en medio de la pesadumbre vendría otro banderillazo culé. Lewandoswki como buen goleador puso al conjunto blaugrana en mayor ventaja tras un pase sensacional de Gavi.

Volvimos a ver un equipo fresco, seguro, coordinado en defensa y punzante en la mitad de la cancha. El tercero fue una obra maestra terminada por Pedri, el otro mago inconsciente, por que si, era una final contra el Madrid pero no le importó. Esta muy de moda la frase esa de «esta jugando desnudo o descalzo», y es aberrante en su tono pero excitante a la vista una vez el fútbol habla por si solo. El Barcelona ganó su primer trofeo luego de la era Lionel Messi.

Ahora bien es menester resaltar que es muy pronto para lanzar cohetes y salir corriendo. La liga esta todavía en pulso, la Europa League en vilo y la Copa del Rey en volandas. Pero si de algo sabe Xavi, es de ganar, de gen competitivo y de hambre de títulos, ojalá este sea la gasolina necesaria para acelerar.

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